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jueves, 6 de junio de 2019

Caballos Famosos en la Historia

Como lo mencionamos en nuestra sección "Caballos", éste magnifico e inteligente animal, desde los inmemoriales tiempos de su domesticación, ha sido junto al perro "El mejor amigo del hombre", lo ha acompañado en sus mayores proezas, como complemento o arma de guerra, para labores de agricultura y carga, trabajo de ganadería y sobretodo como medio de transporte, algunos de los cuales lo hicieron durante mucho tiempo y largas distancias. Muchos de los grandes lideres y personajes de la historia han sido amantes de estas bestias, por lo que sus monturas han quedado grabadas en las largas paginas que sus dueños escribieron en la imborrable memoria histórica. 

Al-Borak (literalmente "rayo, estallido, blancura cegadora"), yegua fabulosa con la que Mahoma viajó de noche desde La Meca hasta Jerusalén y regresó al punto de origen atravesando los siete cielos.










Bucéfalo es el caballo de Alejandro Magno, y probablemente el más famoso de la Antigüedad. Bucéfalo, que significa cabeza de toro, se lo pusieron ya que, aparentemente, tenía la cara redondeada, con una ancha frente donde además había una mancha blanca que, según se cree, podía tener forma de estrella o, tal vez, de cabeza de toro, lo cual no está todavía muy claro. El animal existió de verdad. De hecho, acompañó a Alejandro Magno por toda su campaña en Asia contra el Imperio Aqueménida, hasta que finalmente murió con 30 años durante o después de la batalla del Hidaspes, la cual fue librada por el ejército de Macedonia en el año 326 a. C. Sin duda, debió de ser un fiel compañero, y quién sabe si un buen amigo, ya que Alejandro fundó en su honor la ciudad de Alejandría Bucéfala.

Genitor fue un caballo que nació en los establos que el general y dictador romano Julio César (100 a. C.-44 a. C.) tenía en su casa. El caballo presentaba atavismo en las patas, por lo que tenía varios dedos largos rematados en pezuña además del casco central, algo causado por la desactivación del gen inhibidor que impide el crecimiento de más dedos en los caballos aparte del tercero durante el desarrollo embrionario. Los augures tomaron esta rareza como un designio de los dioses y profetizaron que quien lo montase dominaría el mundo. Por ello, César lo adoptó como su caballo preferido y prohibió que nadie más lo usase como cabalgadura. Genitor (que significa "padre" en latín, nombre con el que César quiso honrar a su progenitor) participó junto con su amo en la Guerra de las Galias y le acompañó en el paso del río Rubicón. Antes de ello, Julio César mandó construir una estatua a su caballo frente al templo de la Venus Genetrix para que lo protegiera durante las batallas.

Rocinante es el nombre del caballo de Don Quijote. Según la novela cuatro días se le pasaron en imaginar que nombre le pondría..., al fin le vino a llamar Rocinante, nombre a su parecer alto, sonoro y significativo de lo que había sido cuando fue rocín, antes de lo que ahora era, que era antes y primero de todos los rocines del mundo.











Cuando Hernán Cortés se entrevistó por primera vez con el más importante de los caudillos indígenas, la sorpresa del capitán español fue ver como Moctezuma le rendía pleitesía nada más verlo llegar montado en Molinero, el caballo hispano-árabe con el que Cortés había derrotado la resistencia azteca y que posteriormente le acompañaría en todas sus campañas. Molinero acompañó a Cortés en su regreso a España y está enterrado en los jardines del antiguo Palacio de Montpensier, actualmente sede del Colegio de las Irlandesas en Castilleja de la Cuesta (Sevilla), donde el famoso conquistador nacido en Medellín (Badajoz) en 1485 moriría el 12 de febrero de 1547 a la edad de sesenta y dos años. Quienes hayan visitado los jardines del Colegio de las Irlandesas es muy posible que hayan fijado su atención en la existencia de una lápida en la que figura una extraña inscripción -CORDOBÉS-. Este fue el nuevo nombre con el que una vez en España fue rebautizado Molinero, el caballo que montó Hernán Cortés durante la conquista de México y que entre otras hazañas le salvó de una muerte segura en la famosa batalla de la Noche Triste, cuando entre el 30 de junio y el 1 de julio de 1520 las tropas españolas fueron derrotadas estrepitosamente por los indígenas aztecas en las orillas del lago de Tenochtitlan. Los barcos de la expedición española llevaron a México un total de diecisiete caballos, a partir de los cuales se desarrollaron muchas de las actuales razas autóctonas. 

Marengo es el nombre de uno de los caballos de Napoleón Bonaparte y el más famoso de todos ellos, destacando en la cuadra de Napoleón, que se componía de unos 130 ejemplares para su uso personal. Otros de sus más famosos corceles eran Vizir y Blanco. Era un caballo de constitución fuerte, pero de pequeña alzada, que era de 1,45 m. De raza árabe, debe su nombre a la batalla de Marengo que los ejércitos imperiales franceses ganaron en Marengo (Italia) el 14 de julio de 1800, fue importado desde Egipto en ese año. Marengo, fue herido ocho veces en su carrera, llevó al emperador en la batalla de Austerlitz, en la batalla de Jena, en la batalla de Wagram, y en la batalla de Waterloo. 


También fue utilizado al galope entre Valladolid y Burgos por Napoleón, recorriendo la distancia de 130 kilómetros en cinco horas. Sobrevivió a la retirada de Moscú en 1812. El semental fue capturado en 1815 en la batalla de Waterloo por Guillermo Henry Francis Petre, 11º Barón Petre. Vivió alrededor de 38 años, entre 1793 y 1831. Su esqueleto se encuentra en Inglaterra, en el Museo Nacional del Ejército de Sandhurst.

Tornado, el caballo del Zorro fue interpretado por un caballo campeón llamado Diamond Decorador, de raza Cuarto de Milla. Nacido en 1950, Tornado fue Ganador del Grand Nationals Medal Class. En su haber registró 14 triunfos en shows consecutivos. Debido a su color, gran belleza y talento, fue adquirido por Walt Disney´s Studios en 1957 para ser el caballo del protagonista de la serie. Para algunas posturas como cruzar las patas, inclinarse, y otras que no son naturales, hace falta mucho entrenamiento, así parecía que Tornado tenía todas las cualidades que los productores requerían pero un lamentable accidente le provocó múltiples fracturas durante un rodaje. Tal fue el impacto que lo durmieron y usaron otros caballos parecidos a él para continuar con el rodaje.

Antinoo se llamaba el caballo de Jose Tomas Boves "El Tatita", el mayor amor de Boves junto con su querida Inés, un soberbio corcel negro charolado, quien lo acompañaba en todas las batallas, y cuyo nombre se lo habia puesto en recuerdo de su padre. Montado en éste caballo, Boves arengaba a sus hombres y estando al frente de ellos iniciaba sus prodigiosas marchas en los llanos con aquellas hordas, que él mismo llamó “La Legión Infernal”. La leyenda decía lo siguiente: "…que el caballo de Boves solo lo podía montar él o el Diablo…". En la batalla de San Mateo, el 28 de febrero de 1814, cayó muerto de un balazo el brioso animal, que tantas escenas sangrientas había presenciado. Boves, transido de dolor, se abrazó a él y, cuentan, que solo aquel día le vieron llorar sus soldados. 

Palomo fue uno de los caballos de Simón Bolívar, el Libertador. El caballo era blanco, de gran estatura y con una cola que llegaba casi hasta el suelo. Regalo de Casilda Zafra, una campesina de la población de Santa Rosa de Viterbo, hoy departamento de Boyacá, Colombia, poco después de la travesía del ejército patriota desde los llanos venezolanos atravesando el páramo de Pisba en 1819. Sobre el lomo de Palomo, Bolívar venció en la Batalla del Pantano de Vargas, en la Batalla de Boyacá, en la Batalla de Bomboná y en la Batalla de Junín. No se sabe cuál fue el final de Palomo. Se cree que Bolívar se lo regaló al general Andrés de Santa Cruz en Bolivia en el año 1826 y allí se pierde su rastro. Otros dicen que murió en la Hacienda Mulaló el 17 de diciembre 1840 ,municipio de Yumbo Valle del Cauca , sus herraduras y otros implementos del caballo son exhibidos en el museo de Mulaló, entonces lo más probable es que el caballo se quedó allí en el año 1829, cuando Bolívar venía desde Ecuador hacia Bogotá. Sin embargo, debemos acotar que nuestro Libertador prefería desplazarse en mulas para hacer con mas comodidad sus viajes. Para conocer un poco mas sobre Simón Bolívar y su relación con sus caballos, se recomienda leer el libro de Cornelio Hispano "El libro de oro de Bolívar", específicamente el capitulo titulado Los Caballos de Bolívar. 

El primer gran ídolo del hipismo venezolano fue Grano de Oro, un singular alazán de origen irlandés que fue registrado con el nombre de Roe en su país de origen donde ganó una carrera. Llegó a Venezuela el año 1941 medio patuleco, todo lesionado y castrado, integrando un lote de purasangres remitido por la firma "Machado and Company". Según los registros costó mil dólares (un poco mas de tres mil bolívares). Desde 1941 hasta 1947, Grano de Oro participó en 86 carreras en Venezuela de las cuales ganó 27, con 19 segundos, 16 terceros, 9 cuartos y 15 no figuraciones, de sus 27 triunfos, el más afortunado de los jockeys que tuvieron el placer de conducirlo fue León Padilla, con el que ganó 10 carreras de 15 oportunidades. Paradójicamente, al terminar su gran campaña pistera, Grano de Oro fue adquirido por el Hipódromo Nacional y se convirtió en el caballo que encabezaba el desfile de los ejemplares que participaban en de los grandes eventos clásicos, como un símbolo viviente de la Grandeza del Hipismo Venezolano. Posteriormente Grano de Oro fue retirado y vivió en los boxes de la Escuela de Jinetes horriblemente deformado por la infosura que lo atacó. El Ídolo en las pistas del Hipódromo de El Paraíso, murió de un ataque al corazón el 7 de agosto de 1957. Un crack que jamás podrá borrarse de la historia hípica venezolana.

Rucios han sido casi todos los caballos en que los Héroes (y los que así se creen) los perpetúan en óleos y acuarelas. Es irónico ver a los héroes montados en caballos de casta árabe, en los monumentos ecuestre, pero los que murieron con los héroes en sus lomos son ignorados, los verdaderos luchadores enjutados, trotones, galoperos, criollos, no aparecen en las estatuas; porque los escultores prefirieron tomar como modelo a los de casta árabe. 

(Créditos: http://aprendamosconluna.blogspot.com)

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