Paramacay

Cacique de origen cumanagoto, gobernó su tribu hacia el año 1569. Su territorio estaba ubicado en la región de Mamo, entre la costa barloventeña y el valle de Los Guayabos. Famoso entre los suyos por su valor indómito y autoridad. Guerrero y pacifista; audaz y comedido; temerario y prudente. Las huestes de Paramacay estaban dedicadas al trabajo, la tranquilidad reinaba en sus bohíos, Garci-Gonzáles había pactado con ellos y avíales ofrecido “seguridad y bienestar”. Tocó a Paramacay un tiempo difícil en la lucha contra el colonizador, por cuanto debió reiniciar los enfrentamientos a raíz de la instauración de un encomendero, el capitán Julián Mendoza, quien quiso imponer el trabajo gratuito y obligar a los menores de 20 años para que se convirtieran en servidumbre suya o de sus familiares. Paramacay enfrenta en diversas escaramuzas a su tribu contra el encomendero y sus seguidores. En una de ellas captura y secuestra a Dolores Ruiz, la esposa de Julián Mendoza y a sus dos menores hijos. Mendoza flaqueo en la lucha y los indios comenzaron a obtener apreciables ventajas. El capitán, apesadumbrado, no tenía alientos para combatir.

Mas un buen día un mensajero aborigen que portaba bandera blanca trajo una nueva al campamento, Mendoza lo recibió en el acto y el indio se expreso de esta manera: “El grande y noble Paramacay tiene a tu mujer y a tus hijos en tu poder. Han sido respetados y cuidados con celo y buena voluntad. El cacique esta dispuesto a que cesen tus sufrimientos, si tu por tu parte, le evitas los suyos dejándole trabajar en paz. El sabrá cumplir su palabra pero tu debes cumplir la tuya” de esa forma quedo firmado el pacto y desde ese día renació la tranquilidad en el valle de los Guayabos.