Debido al incesante auge de venezolanos que han decidido hacer maletas y dejar su patria, hogar, familia y amigos para buscar un mejor futuro en otras latitudes, otros países, en su mayoría naciones de sudamericana, sobre todo Perú, convirtiéndose en inmigrantes, trabajadores que se ganan el sustento realizando diferentes tipos de actividades, con el fin de superar las adversidades y ayudar a solventar cualquier necesidad que puedan estar pasando aquellos que un día dejaron atrás, en especial sus madres, es propicio el tema y la oportunidad para hablar sobre el Monumento a la Madre del Emigrante, obra que se encuentra ubicada en el paseo Rinconín que bordea la playa de San Lorenzo, en Gijón, provincia de Asturias, España.
Es la primera obra escultórica de lenguaje moderno instalada en un espacio público de la ciudad, hecho ocurrido en 1970; su autor Ramón Muriedas, intentó plasmar en ella el sufrimiento de tantas asturianas y gijonesas que vieron como sus hijos debían partir en busca de una vida mejor. La Madre mira al mar, hacia el que alcanza degarradoramente una de sus manos. Actualmente, es uno de las esculturas más características de la ciudad, con un fuerte sentido simbólico. Monumento que puede ser usado a su vez como representación del sufrimiento y dolor que deben estar pasando tantas madres venezolanas que dieron ese desgarrador beso de despedida a su hijo o hija para verlo irse a tierras lejanas, sin tener la certeza de hasta cuando estará por allá, ni cuando volverá a tenerlo entre sus brazos.
Muy buen análisis y absolutamente verdad .... Todos los dias pensamos en aquellas personas que hemos dejado alla, alla en ese pais donde no hay futuro.
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