Son muchas las historias que se tejen en torno a este inmenso animal que habitó las márgenes del río Arauca. Dice la gente de la comunidad que medía entre 5 y 7 m de largo y 2 de ancho. Supuestamente en su trompa nada más cabía completo el cuerpo de una persona. Le llamaban el patrullero porque fueron muchos los que lo vieron vigilante en la costa, particularmente en el sitio que llaman La Solapa del Patrullero. Asegura un vecino de la localidad haber sido tragado por el animal y como llevaba tanto tiempo dentro, colgó su chinchorro en las cuerdas bocales del caimán hasta que el animal se cansó y lo dejó escapar. Igualmente se habla de Mongui, personaje popular de Elorza, que vivía de sacar la basura de las casas vecinas, de quien se cuenta que fue comido por el feroz animal y sólo quedó de él en la orilla del río la carretilla donde llevaba las cargas. Por otra parte, el mismo Lauro Carrillo, conocido como El Canoero Mayor, contó que en una oportunidad había sido tragado por el reptil y que se mantuvo en su panza durante dos días y que sólo pudo escapar cuando éste abrió su boca para capturar otra presa. Hay quienes dicen que había entre ambos una filiación tan grande que al morir éste también despareció el caimán.
Cortesía de: Nasar Ramírez
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