Mariano París Ricaurte (Santafé, 13 de agosto de 1788- 29 de julio de 1833) fue colegial del Colegio Mayor de San Bartolomé y posteriormente ingresó al Ejército republicano. Hijo del matrimonio conformado por el capitán de caballería José Martín París Álvarez y doña Genoveva Ricaurte.
El 20 de julio de 1810, siendo teniente de caballería del batallón auxiliar de Santafé, tomó partido por los revolucionarios en los hechos de "El Florero de Llorente", y puso a disposición las tropas a su cargo, siendo asimilado a su rango en el ejército granadino. Intervino en la Toma de Bogotá de 1813 de la que resultó preso. Formó parte del ejército que ese año le fue entregado al coronel Simón Bolívar para la realización de la Campaña Admirable. Recibió el despacho de capitán y actuó como ayudante de campo del coronel José María del Castillo Rada. Durante el "Régimen del Terror", encabezó la "Relación de los individuos que se deben perseguir hasta conseguir aprehenderlos" expedida en 1816 por el general Pablo Morillo, logrando evadir a las tropas realistas hasta su derrota en 1819.
En la República fue nombrado Coronel de las milicias de caballería de la sabana. Ferviente partidario al general Simón Bolívar, salió de su casa con el José María Córdova con ocasión de la conspiración del 28 de septiembre de 1828 para reunir la tropa necesaria en municipios aledaños que sirvieran de contención a posibles tomas. Normalizada la situación, regresaba el coronel París a caballo por la calle del comercio de Bogotá, cuando vio al francés Agustín Horment con un puñal en la mano, encabezando un grupo de liberales exhaltados que vociferaban contra el Presidente, tildándolo de tirano; hecho que lo hizo descender a tierra y tomar a Horment entre sus brazos para ahogarlo, a lo que el atacado respondió apuñalando la espalda de París. Horment fue posteriormente procesado y ejecutado por haber hecho parte de la conspiración contra Bolívar.
El coronel París secundó la revolución que levantó en 1829 el general Córdova contra Bolívar, lo que le mereció su expulsión del Ejército, pero la intervención de su hermano José Ignacio París ante el Libertador permitió su reintegró a las filas. Con el retiro de Bolívar de la presidencia de Colombia, París participó en la acción militar de El Santuario, que presionó la salida del presidente Joaquín Mosquera y llevó al poder a su sobrino el general Rafael Urdaneta el 5 de septiembre de 1830, quien solo pudo ejercer la dictadura hasta abril de 1831, cuando se impuso la respuesta militar del gobierno depuesto. A pesar de haber aceptado el indulto a los cómplices de Urdaneta, éstos fueron borrados de la lista militar y expulsados de Bogotá, por lo que el coronel París dejó su cargo y fue confinado a Pandi.
En la casa de Juan de Arjona comenzaron a reunirse las víctimas de las drásticas medidas del gobierno, entre ellos Manuel Arjona, el general José Sardá y José María De la Serna, con el fin de organizar una operación de toma del Batallón de Húsares y la Brigada de Artillería, para derrocar al presidente Santander y reemplazarlo por el expresidente José Miguel Pey. Como un informante enterara al Presidente del plan que se ejecutaría en la noche del 23 de julio de 1833, éste dio orden de detener a los oficiales cómplices que estaban dentro de las unidades militares. Uno de ellos, el teniente Pedro Arjona, fue capturado por el coronel José Manuel Montoya, comandante de la provincia de Bogotá, y mientras era conducido a prisión, mató de un disparo a su custodio. El presidente Santander, enterado del lamentable suceso, nombró a José Hilario López en reemplazo de Montoya y dispuso de un despliegue para contener la revolución. El teniente Anguiano, al haber presenciado la detención de Arjona, había logrado salir del batallón para alertar al general Sardá en la plazuela de San Victorino de lo sucedido, por lo que los conspiradores tuvieron tiempo de emprender la fuga hacia Tunja y Vélez.
Los subalternos de Montoya habían jurado vengar su muerte en el partido boliviano, y cómo el coronel París no fuera del agrado de la familia del muerto, comenzaron a difundir la información de que éste se encontraba reclutando guerrillas entre Chipaque y Cáqueza para secundar los planes de Sardá. A pesar de que ya había sido conjurada la conspiración, el gobernador Rufino Cuervo ordenó la captura de de Mariano París, que fue aprehendido durmiendo y en pijama en Une a las 5 de la mañana del 29 de julio de 1833. La partida de 40 soldados, comandada por el capitán antioqueño José Manuel Calle Suárez, entró en una venta de chicha en la vereda La Fiscala, a orillas del río Tunjuelito a cinco klómetros del Sur de Bogotá. lo que fue visto por el coronel París como la oportunidad para fugarse, y a la voz de "adiós señores", le acertaron una bala en un brazo y otra en la espalda. El comandante del pelotón, capitán José Manuel Calle Suárez, lo remató en el suelo "para que no penara". Su cuerpo fue amarrado en un caballo y paseado por las calles de Bogotá, incluso frente a su casa, donde su mujer e hijos lo vieron sin saber de quién se trataba. Su cadáver fue abandonado en el atrio de la iglesia de Santo Domingo, templo en el que fueron celebradas sus exequias y sepultados sus restos. Su muerte provocó agravios entre opositores y defensores del Gobierno, pero no sentencias relacionadas con el crimen. El 30 de marzo de 1840, el secretario de lo interior Eusebio Borrero, atacó con severidad al expresidente Santander en una sesión a la que había sido citado por el Congreso, por el crimen de París y del general Sardá, asesinado por el capitán Calle en similares circunstancias. Las impresiones recibidas por Santander le agravaron un mal en le hígado que de antiguo lo atormentaba, y el 6 de mayo dejó de existir. En su testamento, el general Santander dejó consignado que "la inesperada muerte del señor Mariano París me llenó de amargura, no tuve ni la mas indirecta parte en ella".
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