Manuel Antonio de Pulido y Briceño León del Pumar, (n. Barinas, 1780 - f. Íbidem, 1817), militar, político venezolano y prócer de la independencia, nacido y fallecido en la provincia de Barinas. Fue el segundo hijo del matrimonio formado por el leonés, Antonio Pulido y León (n. 1748), y de la barinesa, María Inés Briceño del Pumar (n. 1751). Fueron sus hermanos, Nicolás de Pulido y Briceño, Juan José de Pulido y Briceño (m. 1845) y Pablo María de Pulido y Briceño (m. 1846).
Contrajo nupcias el mismo año de su deceso, con su prima Mercedes Briceño y Méndez, de esta unión habían nacido previamente 5 hijos: Rufina de Pulido y Briceño, Antonio de Pulido y Briceño, Dolores de Pulido y Briceño, Barbara de Pulido y Briceño y María Encarnación de Pulido y Briceño. En lo político-funcionarial, ostento el cargo de alcalde de Barinas, alguacil del Santo Oficio de la Inquisición y juez regidor de los departamentos de Barinas, Mijagual y Puerto Nutrias.
Al ser expulsado el gobernador y capitán general Vicente Emparán, durante los sucesos de la Revolución del 19 de abril de 1810, es nombrado como representante de la provincia de Barinas ante la Junta de Gobierno Conservadora de los Derechos de Fernando VII, recién constituida en la Ciudad de Caracas.
Con el estallido de la Guerra de Independencia de Venezuela, Manuel de Pulido, viene a fungir como el contacto fundamental, en lo político y militar, entre el Ejército del Territorio Llanero-Occidental de Venezuela y el Ejército Patriota del Centro. Ofreciendo su apoyo táctico, aprovisionando la causa, con hombres, caballos además de cuantiosas cabezas de ganado, provenientes de dos de sus hatos, La Calzada y El Paguey.
Fue en el hato La Calzada donde, a través de su mayordomo el "Negro Manuelote", conoce al futuro General José Antonio Páez, tomándole gran afecto, protegiéndolo e iniciándole en la carrera de las armas, y en la causa pro-independentista. Fallece en Barinas en 1817, a causa de fiebres, sin ver culminado el proyecto por el que se desprendido de toda comodidad, enalteciendo con sus actos, en favor de Venezuela, el espíritu de un auténtico llanero.
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