José Trinidad Morán y Manzano (El Tocuyo, Venezuela, 26 de noviembre, 1796 - Arequipa, Perú, 1 de diciembre, 1854) fue un militar venezolano, obtuvo la nacionalidad peruana por sus servicios prestados en la guerra de independencia. Participó en las campañas de liberación de Ecuador, Perú y Bolivia. Hijo de Gregorio Morán de ascendencia irlandesa y María del Rosario Manzano, nació en El Tocuyo, Venezuela, el 26 de noviembre de 1796. Admitido como aspirante en el 5º Regimiento de La Unión (1812), participó en la campaña sobre Barinas. En 1813 su padre y su hermano Joaquín fueron fusilados por los realistas. Ingresa al ejército venezolano bajo el mando del Libertador Simón Bolívar en compañía de su hermano Juan Jacinto. Su primera intervención militar fue en Guanare, después en la Batalla de Taguanes bajo las órdenes de José Félix Ribas. Acompaña al joven Bolívar en su entrada triunfal a Caracas el 6 de agosto de 1813.
Morán regresa a Valencia y lucha en la batalla de Las Trincheras y en Vigirima. Participó también en las batallas de Los Horcones, Bárbula, Puerto Cabello, La Victoria y San Mateo, donde sale herido; en estas precarias condiciones se une a la emigración del ejército patriota ante la inminente ofensiva española encabezada por Boves. En retirada hacia Barcelona (julio de 1814), apenas podía caminar, y Bolívar se detuvo para hacer desmontar a un soldado y dar el caballo al joven herido. Incorporado como subteniente al Batallón Girardot, concurrió a la defensa de Aragua de Barcelona (17 de agosto). Allí conoce al valeroso Antonio José de Sucre de quien se haría entrañable amigo.
Con Bolívar pasó a Cartagena de Indias y se destaca en el sangriento asedio de Santafé de Bogotá del 10 al 12 de diciembre de 1814. Se dirigía hacia el Cauca con otros oficiales, cuando fue hecho prisionero por los realistas. Empleado primero en oficios viles, luego en las bóvedas de los castillos de Bocachica y barriendo las calles en Cartagena, fue a la postre incorporado a filas como soldado en el batallón del Rey (julio de 1818). Ese mismo año fue fusilado su hermano Juan Jacinto al igual que ocurrió con su padre en 1813 por el ejército realista.
Por su valor fue ascendido a cabo y a sargento, y recomendado para el empleo de subteniente. Obtuvo el comando de una lancha armada y con ella se presentó al campamento patriota. Enviado a Bogotá con el parte de aquella acción, fue recibido por Bolívar, quien dispuso su ascenso a teniente y lo destinó al Regimiento Guías de Apure (marzo de 1820). Pasó a Guayaquil (diciembre de 1820), donde se le reconoció como capitán y tomó a su cargo la I Compañía del Escuadrón de Dragones del Sur. Bajo las órdenes del general Antonio José de Sucre, concurrió a la batalla de Pichincha (24 de mayo de 1822).
Ascendido a teniente coronel graduado (4 de enero de 1823), se incorporó a la división auxiliar enviada al Perú. Llegó a Lima el 1° de mayo de 1823 y el Presidente Riva Agüero lo envió como parlamentario para proponer una suspensión de hostilidades a los realistas; pero al entrevistarse en Tarma con el general José Canterac, éste dispuso que fuese detenido. Se le trasladó a Jauja, y luego a Huancayo y Lima. Retirado el ejército realista a Lurín, se le envió con una carta para Sucre.
Junto a Sucre marchó al sur para secundar la acción de las fuerzas peruanas del general Andrés de Santa Cruz enviadas a Intermedios. Se presentó con sus hombres ante Bolívar en Huaraz, para emprender la acción contra Riva Agüero y luego pudo colaborar en la organización de la campaña final contra los realistas. En Huaraz, asumió el comando del Batallón Vargas, con él estuvo presente en la campaña de Junín. Luego en su marcha hacia el sur, se distinguió en la batalla de Corpahuaico (3 de diciembre de 1824), protegiendo la retirada de la caballería patriota, y por su acción en la batalla de Ayacucho (9 de diciembre de 1824) mereció su inmediato ascenso a coronel. Fue destinado a la guarnición de Arequipa donde en 1825 contrajo matrimonio con la dama arequipeña Rafaela Zereceda, en 1826 se trasladó a la recién fundada República de Bolívar por invitación del presidente Sucre, donde tomó el mando del Batallón Voltígeros de la Guardia, pero hubo de renunciar porque se le exigió negociar la venta de vales del crédito público, con cuyo rendimiento debía pagar a sus soldados. El batallón Voltígeros acabaría por sublevarse contra Sucre el año siguiente en La Paz.
Residió en Guayaquil algunos meses para lograr su retiro del ejército grancolombiano y evitar que se le mezclara en la prevista guerra contra el Perú, país del que había obtenido la nacionalidad por el artículo 8 de la ley del 12 de enero de 1825. Volvió al Callao, donde se dispuso su destierro a Chile, pero pronto se rectificó esta medida y se le permitió establecerse con su familia en Arequipa. Durante algunos años residió en paz en Arequipa volviendo al servicio activo cuando en 1834 los generales Agustín Gamarra y Pedro Pablo Bermúdez se sublevaron contra el presidente provisorio Luis José de Orbegoso.
Cuando se produjo la revolución del general Felipe Santiago Salaverry a quien secundó Gamarra, Morán se mantuvo leal a Orbegoso, quien había solicitado la ayuda de Andrés de Santa Cruz, en ese entonces presidente de Bolivia, para pacificar el Perú. Ascendido a general comandó la división peruana en la batalla de Yanacocha donde Gamarra fue derrotado. Dio posteriormente su apoyo a la Confederación Perú-Boliviana (1836) creada por Santa Cruz tras derrotar a Salaverry que fue fusilado en la Plaza de Armas de Arequipa, al lado de sus principales oficiales.
Residió en Guayaquil algunos meses para lograr su retiro del ejército grancolombiano y evitar que se le mezclara en la prevista guerra contra el Perú, país del que había obtenido la nacionalidad por el artículo 8 de la ley del 12 de enero de 1825. Volvió al Callao, donde se dispuso su destierro a Chile, pero pronto se rectificó esta medida y se le permitió establecerse con su familia en Arequipa. Durante algunos años residió en paz en Arequipa volviendo al servicio activo cuando en 1834 los generales Agustín Gamarra y Pedro Pablo Bermúdez se sublevaron contra el presidente provisorio Luis José de Orbegoso.
Cuando se produjo la revolución del general Felipe Santiago Salaverry a quien secundó Gamarra, Morán se mantuvo leal a Orbegoso, quien había solicitado la ayuda de Andrés de Santa Cruz, en ese entonces presidente de Bolivia, para pacificar el Perú. Ascendido a general comandó la división peruana en la batalla de Yanacocha donde Gamarra fue derrotado. Dio posteriormente su apoyo a la Confederación Perú-Boliviana (1836) creada por Santa Cruz tras derrotar a Salaverry que fue fusilado en la Plaza de Armas de Arequipa, al lado de sus principales oficiales.
Durante la Guerra con Chile, la Confederación Argentina y los restauradores peruanos, el general Morán dirigió una audaz expedición sobre costas chilenas en la cual capturó las islas Juan Fernández, hostilizó el puerto de Talcahuano y capturó dos mercantes. A su regreso a Lima en diciembre de 1837 fue homenajeado por el protector Santa Cruz. En 1854 se produce la sublevación de Castilla contra Echenique, Morán en comunicaciones con Domingo Elías, caudillo civil de la revolución, habíase dirigido a Lima para unírsele pero cuando se encontraba en dicha ciudad el presidente Echenique lo ganó a su causa ofreciéndole hacer reconocer por el congreso sus grados de General de División y Brigada. Al mando de una división gubernamental el general Trinidad Morán marchó a Arica y de ahí a Moquegua vía Tacna, donde en el Alto del Conde derrotó completamente a las tropas de Elías quien se refugió en Arequipa, ciudad que se había pronunciado por la revolución.
Acompañado por el general Vivanco intentó sin éxito tomar por asalto Arequipa, Vivanco fue herido y su tropa dispersada mientras que Morán, comprendiendo lo imposible de la victoria, y tras combatir quince horas se entregó prisionero con sus hombres al prefecto Francisco Llosa. Poco después fue visitado por Domingo Elías y seguidamente por un escribano y un confesor. Tras realizar su testamento y confesarse fue fusilado en la Plaza de Armas de Arequipa. Tras su ejecución el 2 de diciembre, un día antes del aniversario de la batalla de Corpahuaico en la que Morán se distinguió, fue enterrado en el cementerio de Yanahuara, de donde pasó después a la iglesia de Cayma hasta que en 1954 sus restos fueron repatriados a Venezuela en una solemne ceremonia cívico-militar para ser luego ser enterrados en el Panteón Nacional de Caracas.
Acompañado por el general Vivanco intentó sin éxito tomar por asalto Arequipa, Vivanco fue herido y su tropa dispersada mientras que Morán, comprendiendo lo imposible de la victoria, y tras combatir quince horas se entregó prisionero con sus hombres al prefecto Francisco Llosa. Poco después fue visitado por Domingo Elías y seguidamente por un escribano y un confesor. Tras realizar su testamento y confesarse fue fusilado en la Plaza de Armas de Arequipa. Tras su ejecución el 2 de diciembre, un día antes del aniversario de la batalla de Corpahuaico en la que Morán se distinguió, fue enterrado en el cementerio de Yanahuara, de donde pasó después a la iglesia de Cayma hasta que en 1954 sus restos fueron repatriados a Venezuela en una solemne ceremonia cívico-militar para ser luego ser enterrados en el Panteón Nacional de Caracas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario