Nació el General en Jefe Francisco Mejía, hijo natural de doña Concepción Mejía, de calidad distinguida, en 1798 en Marigüitar, en esa época parroquia foránea de Cumaná. Se crió y educó al arrimo de su tío presbítero don Francisco Mejía, cura entonces de dicha parroquia. Muy joven en 1813, incorporado como aspirante al ejército del General Santiago Mariño, asistió el 2 de agosto del mismo año, a la toma de la plaza de la ciudad de Cumaná. Participa en la aciaga Batalla de la Sabana del Salado, cuando el General Manuel Piar, en inferioridad de condiciones, enfrentó a aquel terrible gladiador que fue el general español José Tomás Rodríguez Boves. Este titán victorioso acuchilló a más de dos mil cumaneses, ríos de sangre vertieron entonces los más inocentes, la Cartago de América, fue llamada dicha ciudad. En Juncal fue vencedor. Las derrotas de 1814 no hicieron mella en él, pasó a las guerrillas de los llanos de Maturín, en conocimiento de las hazañas de José Tadeo Monagas, Jesús Barreto Ramírez, y otros audaces lanceros, que se batieron en mil escaramuzas contra las partidas realistas que fueron a su encuentro; y también participa en guerrillas en las intrincadas faldas y montañas del majestuoso Turimiquire, comandadas por el genio guerrero del Coronel Domingo Montes, a quien los españoles llamaban “El Diablo”, y decían que las balas no lo herían, y cuyas hazañas son cantadas por nuestros trovadores. De tal suerte, este guerrero adolecente se destaca en 1816, cuando forma parte del Estado Mayor de Mariño, acantonado en Catuaro; y después, en 1818, es segundo del General Antonio José de Sucre, Jefe De Estado Mayor de la División de Oriente, que comanda el General José Francisco Bermúdez, y asedian la Plaza de Cumaná.
Pero su encuentro definitivo con su destino y la historia, lo alcanza después de adquirir una férrea disciplina, tras duro y diario batallar, dándole el frente a la muerte bajo el hálito de la gloria, cuando el 30 de mayo de 1818, el émulo del formidable “Ayax”, el General José Francisco Bermúdez, lo llama para que ocupe el cargo de Secretario de su Estado Mayor, y desde entonces, lo acompaña en las más extraordinarias acciones de guerra, en importantes y peligrosas misiones y en todas las campañas del gran jefe orienta. Hállese en más de 36 combates y tres heridas recibió lidiando por la Independencia. Concurrió por Cumaná como Diputado Suplente, al Congreso Constituyente de Venezuela en 1830. Cultivó las letras, ocupó elevados cargos, obtuvo diploma de Libertador de Venezuela en 1819, el Busto del Libertador en 1827. En 1835 el incansable soldado participa en la Revolución de las Reformas al lado de Santiago Mariño. Derrotado elije el exilio. Regresa a su Patria y otra vez va al Congreso representado a Cumaná; pero al poco tiempo vuelve a vestirse de soldado y acompaña como Jefe de Estado Mayor a su antiguo camarada de las guerrillas de 1814, el General en Jefe José Tadeo Monagas, y al triunfar se establece en Caracas en forma definitiva. Se dedica a escribir y es llamado para ejercer cargos importantes como el de Juez de Primera Instancia, Jefe de Estado Mayor y Ministro de Guerra y Marina. Luego de aquella magnífica hoja de servicios, en 1863, a los 66 años, el Mariscal Juan Crisóstomo Falcón, le dio el grado de General en Jefe, grado este con el cual es reconocido por la historia.
Pero su encuentro definitivo con su destino y la historia, lo alcanza después de adquirir una férrea disciplina, tras duro y diario batallar, dándole el frente a la muerte bajo el hálito de la gloria, cuando el 30 de mayo de 1818, el émulo del formidable “Ayax”, el General José Francisco Bermúdez, lo llama para que ocupe el cargo de Secretario de su Estado Mayor, y desde entonces, lo acompaña en las más extraordinarias acciones de guerra, en importantes y peligrosas misiones y en todas las campañas del gran jefe orienta. Hállese en más de 36 combates y tres heridas recibió lidiando por la Independencia. Concurrió por Cumaná como Diputado Suplente, al Congreso Constituyente de Venezuela en 1830. Cultivó las letras, ocupó elevados cargos, obtuvo diploma de Libertador de Venezuela en 1819, el Busto del Libertador en 1827. En 1835 el incansable soldado participa en la Revolución de las Reformas al lado de Santiago Mariño. Derrotado elije el exilio. Regresa a su Patria y otra vez va al Congreso representado a Cumaná; pero al poco tiempo vuelve a vestirse de soldado y acompaña como Jefe de Estado Mayor a su antiguo camarada de las guerrillas de 1814, el General en Jefe José Tadeo Monagas, y al triunfar se establece en Caracas en forma definitiva. Se dedica a escribir y es llamado para ejercer cargos importantes como el de Juez de Primera Instancia, Jefe de Estado Mayor y Ministro de Guerra y Marina. Luego de aquella magnífica hoja de servicios, en 1863, a los 66 años, el Mariscal Juan Crisóstomo Falcón, le dio el grado de General en Jefe, grado este con el cual es reconocido por la historia.
Anciano, pobre y digno murió en El Valle, parroquia foránea de Caracas en 1882.
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