Cacique de los indios cumanagotos de la Provincia de Nueva Andalucía o Cumaná, de formidables atributos para la lucha, logró que numerosas tribus vecinas e incluso lejanas se unieran a la suya en la contienda a muerte contra el invasor.
En 1520, hace frente a los españoles asentados en Nueva Andalucía, hoy Cumaná. En su lucha contra los conquistadores españoles deseosos de dominar las tierras cumanagotas enfrentó varias expediciones: en 1570, la de Diego Fernández de Serpa, quien recién nombrado gobernador y capitán general de la provincia, murió en los enfrentamientos; en 1579, la de Garci González de Silva, enviado por el gobernador de la provincia de Venezuela, Juan de Pimentel, con la misión de pacificar y reducir a los naturales de la región situada entre los ríos Unare y Neverí, e incorporar dicho territorio a la provincia de Venezuela, lo cual no pudo ejecutar debido a la fuerte resistencia de los indígenas, quienes lo derrotaron y persiguieron; y, en 1585, la de Cristóbal Cobos, mandado por la Audiencia de Santo Domingo para someter a los indómitos indígenas de la provincia oriental, objetivo que logró con mucha dificultad. Sobre esta última expedición se puede decir lo siguiente: al primer encuentro, luego de 3 horas de combate, la habilidad de Cobos en la lucha le permitió, sin que hubiera vencidos ni vencedores, avanzar hasta el jagüey de Macarón; Cayaurima pidió ayuda a otros caciques y sorprendió a los conquistadores, librándose la batalla de Macarón.
Cobos comandaba la caballería, pero siendo más los hombres de Cayaurima, éstos creyeron obtener la victoria fácil; sorpresivamente, 2 soldados españoles penetraron las filas enemigas y reconociendo al cacique, entablaron con él una lucha cuerpo a cuerpo, hasta que Cobos los auxilió y lograron apresar al cacique. Buscando la libertad de su jefe, los indígenas se rindieron y ofrecieron obediencia, ayudaron en la construcción de las casas del asentamiento que después sería San Cristóbal de los Cumanagotos. Visto esto, Cobos liberó a Cayaurima, quien cambió su actitud opositora y lideró a sus hombres en la edificación de la mencionada ciudad.
Cayaurima se caracterizó por su cojera, producto de una estocada de lanza recibida en combate. Cae muerto en una celada que los españoles le tendieron, cuando merodeaba un campamento castellano.
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